Según los ultras y la derecha “bien pensante” (más alguna izquierda que también lo es), Marlaska debería dimitir por no hablar de los sucesos que han protagonizado los noticiarios de estos días, pero lo ha hecho, y lo ha hecho para apoyar a la policía y condenar los disturbios, nada ha dicho de los excesos policiales de Linares o del ojo de la joven barcelonesa, por ejemplo.
Hasel, seguramente, es vociferante, exagerado y no demasiado buen artista, pero en un país con un 50% de paro juvenil, con unos jueces que siguen sirviendo a los poderosos, una policía que abusa y una “ley mordaza” vigente, el rapero y su ingreso en prisión han supuesto lo que se suele llamar “la gota que derramó el vaso” (y más en su Catalunya de origen).
Yo me alegro de qué, por fin, los jóvenes protesten y se movilicen. Destruir mobiliario urbano solo hace daño a su propio movimiento y solo se lo pone más fácil a los medios de comunicación y a la policía qué, como siempre, están al servicio de los verdaderos poderes.
No será la primera vez que vemos ,cuando le pegan al más violento del grupo, cómo este pide que le dejen de golpear “que es compañero”.
Así pues los medios siguen obviando las concentraciones pacíficas (sufriendo, por cierto cargas policiales injustificadas) y sacando en pantalla solo los contenedores ardiendo en primer plano.
Los cambios históricos desgraciadamente casi siempre han sido violentos ( y no entiendan que aquí estoy haciendo apología de esa violencia, es tan solo constatación histórica).
Hemos de reconocer que este sistema no resuelve los problemas de la mayoría de la población y algo habrá que hacer.
Aunque quemando contenedores no va modificarse la realidad, hay muchos síntomas de que ese cambio de rumbo es cada vez más necesario.
EGA