La Sala Venecia, del zaragozano barrio de Torrero, fué el escenario de la clausura de la III edición de la Imagen de la Memoria, el pasado 28 de febrero.
Acabamos en el mismo escenario donde se comenzó el 4 de octubre de 2020, tras cinco meses de actos.
La cultura como vehículo para concienciar sobre esos hechos de nuestro pasado reciente tan ocultos y olvidados.
Este acto de clausura comenzó con un breve resumen de los actos que se habían realizado dentro de esta III edición de LA IMAGEN DE LA MEMORIA, por parte de Mercedes Sánchez y Enrique Gómez como representantes de ARMHA y la intervención de la directora general de Patrimonio del Gobierno de Aragón Marísancho Menjón.
Una obra de teatro que se gestó en confinamiento, se inauguró en zoom, y tuve la suerte de ser invitada a ver la obra y al posterior coloquio.
Un elenco de jóvenes y estupendos actores aragoneses:
Sara Abecia, Alex Aldea, Bianka Castillo, Xavi Caudevilla, Alba Escribano, Rubi Fernández, Pablo Iruarrizaga, Sara Lapiedra, Samuel López-Almudí, Eduardo Prades, Claudia Siba, Tamy Spatz, genialmente dirigidos por Alicia Rabadan.
Pero las obras de teatro necesitan escenario, necesitan público, y a lo largo de estos cinco meses de actos de la III edición de La Imagen de la Memoria, hemos tenido la suerte de poder programarla en tres ocasiones, para la inauguración el 4 de octubre, el 26 de febrero, en la Sala Arbolé, y en la clausura. En todas ellas hemos tenido que colgar el cartel de Aforo Completo.
Y parte de ella en los documentales que se proyectaron en la Filmoteca de Zaragoza, 13 de noviembre «Madre» (Álex Aldea y Claudia Siba), 26 de noviembre «Mujer» (Sara Abecia), 3 de diciembre «En la Frontera» (Xavi Capdevilla y Alex Aldea), 21 de enero «Muchacha» (Alba Escribano), y el 18 de diciembre, en la Sala Venecia, «Donde el bosque se Espesa» (Sara Lapiedra, Alex Aldea, Xavi Caudevilla, Sara Abecia y Tamy Spatz)
La ciudad sitiada, La frontera, Qué nos quiten lo bailao…, Huesos de pollo, Santa Perpetua de Laila Ripoll y Donde el bosque se espesa de Laila Ripoll y Mariano Llorente.
Unos textos que nos trasladan a las huellas de la guerra, de la barbarie humana, que nos encogen el alma, y que esperamos que hayan removido conciencias.
Mercedes Sánchez