En esta mañana de sábado hemos acompañado a Jesús, que ha venido desde Getafe con su mujer y un matrimonio amigo, a visitar nuestra ciudad.
Pero su viaje no ha sido de turismo, su motivación ha sido visitar los lugares que su abuelo vio en sus últimos momentos.
Su abuelo fue detenido e ingresado en la cárcel de Sos del Rey Católico para luego ser trasladado a la cárcel de Torrero, y ahí se pierde su pista. Otros compañeros que fueron detenidos con él figuran asesinados en las tapias del cementerio de Torrero y están en el memorial de dicho cementerio, lo más seguro que el abuelo de Jesús, sea uno de esos hombres anónimos que figuran en las placas del monumento.
Hemos visitado el memorial erigido por el ayuntamiento de la ciudad en 2010, la tapia de fusilamientos, recientemente nombrada Lugar de Memoria por el Gobierno de Aragón, y el primer memorial que se hizo en Zaragoza en 1980, en recuerdo de los muertos por la libertad y la democracia.
Antes de irnos del cementerio, ya que en su entrada existe un monumento típicamente fascista, nos hemos acercado a la llamada cruz de los caídos, durante muchos años estuvo en la plaza del Pilar, con la remodelación de dicha plaza realizada en 1990 siendo alcalde Antonio González Triviño (PSOE), se traslado íntegramente al cementerio. Recordemos que está dedicada A los héroes y mártires de Zaragoza. Caídos en la Cruzada de Liberación 1936-1939. Y siempre ha sido lugar de encuentro de los fascistas y neonazis de nuestra ciudad. El ayuntamiento no ha destruido la inscripción, una reivindicación que llevamos años pidiendo desde los colectivos del barrio, pero al menos la ha tapado.
Para terminar el recorrido hemos bajado a nuestra sede, espacio cedido por el ayuntamiento en 2019, y esperemos que podamos seguir haciendo uso de él, y hemos visitado lo que queda de la Cárcel de Torrero, entrando en su patio, esos muros que fueron testigo de tantas torturas y sufrimiento.
Mercedes Sánchez
ARMHA