El Ayuntamiento de Zaragoza en homenaje a los aragoneses confinados en campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Inauguró este monumento el 22 Septiembre de 1985, está enclavado dentro del parque José Antonio Labordeta siendo obra del arquitecto Fernando Fernández Lázaro.
El arquitecto toma las barras de la bandera de Aragón como motivo de inspiración.
Las barras aparecen fracturadas como reflejo del dolor causado por la dura experiencia, pero también podríamos entenderlas como símbolo de las rejas que encerraban y oprimían a los prisioneros. El autor había previsto la introducción de una celosía cubierta de parra virgen, para ser vista a través de las barras, como símbolo del paso del tiempo. Pero debido a la celeridad con la que se tuvo que hacer la obra no se pudo incluir para el día de la inauguración. Finalmente no se llegó a introducir, por lo que la obra que hoy contemplamos está incompleta.
El vandalismo en esta obra por parte de grupos de ideología neonazi, la sumió en un estado de deterioro importante. Parques y Jardines fue la encargada de su restauración. Se sustituyó la placa conmemorativa por una de bronce, ya que la original había sido destruida.
El monumento fue pintado de blanco, ocultando la textura del hormigón y eliminando su poder de expresión.
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