Palacio Pilacés, Luis Antonio
complejo resulta esclarecer las motivaciones profundas que guiaron a cada una de las personas que se unieron voluntariamente a la lucha; especialmente por lo que se refiere a los integrantes de uno de los colectivos más comprometido y, sin embargo, menos conocido: el de los ciudadanos españoles que durante los últimos meses de la guerra y contraviniendo las propias órdenes del Gobierno de Madrid optaron por alistarse en las fuerzas de un Tercer Reich agónico que se hundía inexorablemente en la destrucción y el caos de la derrota. Si en la mayoría de ellos primó un firme compromiso ideológico con la causa del fascismo, en otros, en cambio, tal aserto no parece tan claro. Ese es el caso de Isidoro Lahoz Lázaro, protagonista indiscutible de la historia que aquí relatamos. Procedente de la pequeña localidad zaragozana de Letux e hijo de una familia implicada a fondo con las ideas republicanas y socialistas, en los años de su infancia y adolescencia, Isidoro sería testigo y protagonista del drama que iba a truncar el futuro de España. Pese a que al término de la guerra los suyos fueron duramente represaliados por los vencedores, para sorpresa de todos, Isidoro, un joven de carácter aventurero en absoluto partidario del fascismo, optó por viajar al frente ruso formando parte de la División Azul y, más adelante, por abandonar España de modo ilegal para alistarse en la Wehrmacht cuando la lucha ya estaba claramente perdida para los alemanes.
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