Fue el asedio más prolongado a una ciudad española durante la Guerra Civil. No es uno de los episodios más destacados, pero hizo padecer a su población durante 611 largos días y acarreó una política de represalias . Este fin de semana se cumplen 80 años del final del sitio, durante el que más de 30.000 proyectiles impactaron sobre Huesca y murieron más de un centenar de personas, sobre todo niños, de una población entonces con 15.000 habitantes.
Murieron 118 personas por los enfrentamientos directos y 212 resultaron heridas, 93 de ellas niños. El número de represaliados republicanos fue de 545 personas que primero eran encarceladas en la hoy desaparecida cárcel de la plaza de Concepción Arenal y después fusiladas frente a alguno de los cementerios, el municipal o el de Las Mártires.
“Ha terminado la limpieza de los alrededores de Huesca y el enemigo está muy alejado de la plaza”, fue el escueto parte de guerra emitido por el bando nacional para sintetizar casi dos años de barbarie.