Artículo de opinión

Resulta sorprendente y algo irónico que la derecha, a la que nunca  se vio enfrentarse a las arbitrariedades del franquismo, sea ahora la valedora fundamental de las libertades en nuestra sociedad.

Pero conviene contextualizar en que objetivos mediáticos se centra y cuál es la verdadera acepción de sus apelativos.

Sirva este ejemplo: están viendo en peligro la libertad de expresión; me alegro, a mucha izquierda le pasa lo mismo.

Pero mientras ellos incendian los titulares contra la posible criminalización de los ensalzadores del franquismo (que casualidad), se muestran muy de acuerdo en encerrar a los que consideran blasfemos y anti patriotas.

Dos varas de medir.

Lo que no me gusta es ilegal, lo que me agrada, a defenderlo como parte de esa cruzada por las libertades.

Entretanto, tienen entretenida a una legión de periodistas, dedicados a investigar hasta el último detalle de las manifestaciones de las voces discordantes con sus postulados.

Es curioso que, con la falta de personal que afirman tener, les sobre personal para hacer este «trabajo».

Descontextualizar…eso si lo saben hacer muy bien.

Y es que ya no se trata de si son 135.000 desaparecidos o asesinados, una décima parte ya sería una barbaridad.

Se trata de que no lo entiendan.

Mientras no se revise y se conozca esa parte de nuestra Historia, mientras no se ponga en valor cada una de esas vidas arrebatadas, difícilmente podremos decir que las heridas están cerradas.

Ya no se exigen condenas, tan solo reconocimiento, respeto, dignificación…pero hasta de eso son incapaces, ocho décadas después.

Siguen sin entender que esto es la base para una democracia auténtica.

O quizás es otra cosa.

Quizás es que la Justicia y la Democracia solo son obstáculos para su ejercicio del Poder, algo que, para ellos es connatural.

Por eso se irritan cuando son otros los que lo puedan detentar.

Ganaron una guerra y, por derecho histórico lo que nos queda a los vencidos es echarnos a un lado de la Historia…o a una cuneta.

No admiten que estuviera mal aquello que se hizo en este país y que se mantuvo durante decenios.

Esperemos que, algún día, la normalidad vuelva en forma de respeto a TODAS las víctimas de la represión y la sinrazón.

Empezaremos entonces a circular por el buen camino y habrá lugar para la cohesión social, la democracia…y la esperanza.

Enrique Gómez

Presidente de ARMHA