Entre los días 26 de febrero y 2 de marzo de 2011, promovidos por el Foro por la Memoria de Aragón, se han realizado los trabajos de exhumación de los restos de siete antifascistas, fusilados en el cementerio de Movera el 16 de agosto de 1936. En las tareas, dirigidas por los arqueólogos Julia Justes y Francisco Pérez, y supervisadas por el Gobierno aragonés, han participado miembros del Foro por la Memoria de Aragón, familiares de los asesinados y diferentes voluntarios. Los restos exhumados se encuentran depositados y dispuestos para los diversos estudios antropológicos y de identificación mediante el análisis de ADN.
16 de agosto de 1936, un grupo de la Guardia Civiles sublevados procedieron a ejecutar una de las habituales sacas que se realizaban por aquellos días, llevaban una lista con seis nombres y cinco fueron fusilados junto a la fosa abierta para enterrarlos, intramuros del cementerio en la tapia del cementerio de Movera, el sexto, fue convencido por su madre y hermana para, “apoyados” por el cura, parar al camión de la saca, cuando volvía de asesinar a los otro cinco del grupo, y entregarse bajo la protección del cura, fue subido al camión con la promesa de que no le iba a pasar nada y el camión dio media vuelta para regresar al cementerio y ser fusilado.
El séptimo cuerpo aparecido y claramente en disposición diferente en la fosa, se supone que fue echado antes que el resto y pertenece a otro asesinato realizado ese mismo día o el anterior, los restos presentan fractura en la parte superior del fémur con presencia de la bala que lo produjo.
En el momento de la inhumación de los cuerpos estuvo presente el hermano de Andrés Martín Valero, Joaquín, y un primo de la familia Sobradiel, Julián Muñoz. Ildefonsa Rutia, esposa de Joaquín Martín transmitieron la información a sus descendientes y parientes…
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