Efectivamente sr. Naval ¡BASTA, YA!

Mercedes SanchezNotas de Prensa, Noticias

En contestación al escrito del sr. Antonio Naval Mas, publicado el pasado 12 de septiembre en el Diario de Huesca.

¡Basta, ya!

Hemos remitido al director de dicho diario para su publicación la siguiente carta:

La indecencia no es libertad de expresión

El artículo publicado en el «Diario de Huesca» por el sacerdote Antonio Naval Mas con el título “¡Basta ya!”, nos ha causado una más que penosa sorpresa. Ni el contenido del mismo es digno, ni su publicación consideramos que pueda acogerse al derecho a la libertad de expresión del que goza cualquier ciudadano. La indecencia, la deshonestidad intelectual y el insulto no son valores democráticos.

El escrito del Sr. Naval vilipendia al magistrado del Tribunal de lo Contencioso que ha aplicado la «ignominiosa» Ley de Memoria Democrática en Huesca, eliminando del callejero denominaciones contrarias a la misma. Señala como «bellacos, fanáticos, sectarios, frustrados e iletrados» tanto a quienes nos hemos acogido a su articulado, cuanto a los profesores que con su aval científico han contribuido a dar cuerpo a la demanda.

Resulta difícil de creer que el firmante de semejante libelo sea historiador y haya ejercido la docencia a lo largo de su carrera profesional civil. La manipulación, la mentira, el falseamiento de los hechos, la deliberada confusión convierten en obsceno un texto escrito con las tripas y alumbrado por una ideología revisionista ahistórica y ultraderechista. No en vano concluye invocando a Vox y al PP la retirada de la ley que perturba de semejante modo la paz interior y la sindéresis del religioso.

A la luz de la historiografía contrastada y los innúmeros estudios críticos publicados en los últimos 30 años, cualquier persona informada conoce la legitimidad de la República otorgada por las urnas. Cualquier persona interesada en el conflicto español es sabedora de que la Guerra de 1936-1939 fue consecuencia de un golpe de Estado, sublevación armada perpetrada por militares golpistas con el concurso de grandes capitales y la bendición de la Iglesia. Son hechos inobjetables.

Y si bien es cierto que con el estallido de la guerra y el colapso del poder republicano la violencia revolucionaria causó graves daños a personas y bienes, no lo es menos que rápidamente se trató de poner coto a los desmanes, frente a una represión insurreccional calculada, premeditada, indiscriminada y duradera en el tiempo. En Huesca los tribunales militares condenaron a muerte hasta el año 1945. Pero la persecución política y la conculcación de los derechos humanos se prolongó en todo el país hasta la muerte del dictador en 1975. Asegurar, como un axioma irrefutable, que Azaña «acabó merecidamente en el exilio», cuanto menos, es poco piadoso.

Por otra parte, dar pábulo a interpretaciones negacionistas y tergiversadas atenta contra la memoria de las miles de víctimas provocadas por un régimen ilegal e ilegítimo como el franquista. Franco, caudillo de España por la gracia de Dios, ganó la guerra e hizo de la victoria el hecho fundacional de su régimen, sin embargo, la había perdido moralmente desde el mismo 18 de julio de 1936.

Solo se puede ser demócrata siendo antifranquista, de ahí se colige el esfuerzo enorme que algunos partidos, poderes fácticos e intelectuales conchabados, desarrollan con la finalidad de acabar con el sistema socavando los cimientos de la libertad y los derechos cívicos.

Sr. Director, como lectores asiduos de su Diario y tal como hemos señalado al principio, lamentamos ver en la página de opinión un artículo tan absolutamente inclasificable.

Firman:
Asociación Cultural Colectivo Ciudadano de Huesca
Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón, ARMHA
Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, APUDEPA
Un grupo de ciudadanos independientes

Publicada en el Diario de Huesca

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