Callejero franquista
El pleno municipal de 28 de mayo pasado tomó el acuerdo de eliminar del callejero los nombres de tres alcaldes franquistas oscenses: José María Lacasa Coarasa, Mateo Estaún Llanas y Mariano Ponz Piedrafita. No lo hizo con carácter voluntario y por asumir los postulados de la Ley de Memoria Democrática en vigor, sino como consecuencia de la aplicación de una sentencia definitiva dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón «dada la participación destacada de los tres en el régimen franquista –señala el tribunal–, en las organizaciones que sustentaron la dictadura y unidades civiles o militares de colaboración en el régimen». Casi seis meses más tarde, las placas continúan dando nombre a calles que, de este modo, evocan la dictadura y ensalzan a personajes que contribuyeron a la perpetuación de la ignominiosa estructura política y policial que anuló libertades y pisoteó los derechos humanos durante décadas.
El Ayuntamiento de Huesca, que en materia de memoria es refractario y plenamente antidemocrático, pretende eludir el mandato judicial haciendo oídos sordos al fallo inapelable del TSJA, actuación que provocará una solicitud por parte de las asociaciones memorialistas de ejecución efectiva de la sentencia, con los consiguientes nuevos gastos por imposición de costas, como ocurrió en la demanda que dio origen al conflicto.
Pero con ser este aspecto económico significativo, no lo es menos la elección de las nuevas denominaciones que, en un elocuente fraude de ley, recogerán supuestos «logros» de los alcaldes proscritos para, de este modo, mantener una referencia a los regidores falangistas que titularon en su día las calles.
Se da la circunstancia, además, de que la elección de semejantes alusiones se justificó ante la opinión pública como consecuencia de un ejercicio de participación ciudadana, cuando en realidad se convino y aprobó entre el equipo de gobierno y el exmilitante de Vox y tránsfuga, el «concejal alquilado» que siempre sale al rescate del PP con argumentos opacos y sombrío tono. Por otra parte, la inanidad de las denominaciones con que se titularán las calles dan buena cuenta de la calidad del método y la altura intelectual de sus ejecutores: «Orfeón Oscense, Cámara de Comercio y Embalse de Vadiello».
El Ayuntamiento, a pesar de todo, debe depurar el callejero sin dilación, en cumplimiento de la sentencia dictada y por decencia democrática.
Asimismo, cabe anotar que en noviembre de 2023 se acordó la colocación de una placa en recuerdo del militante anarquista Francisco Ponzán, cuya memoria igualmente se honraría declarándolo hijo adoptivo de la ciudad a título póstumo. A estas alturas, ni una ni otra acción se han materializado.
Asumir compromisos forma parte de la ética política, aunque en su fuero interno a determinados vecinos les repugne la verdad, la justicia y la reparación.
ARMHA Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón
Asociación de Acción Pública Para la Defensa del Patrimonio Aragonés Apudepa,
Colectivo Ciudadano de Huesca,
y personas a título particular.

