Según el santoral de la iglesia católica (en la que no creo y a la cual no pertenezco), hoy se celebra la Virgen del Carmen, según dice wikipedia, es la denominación común que suele recibir Santa María del Monte Carmelo, una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede de su veneración en el monte Carmelo, en Tierra Santa, cerca de Haifa. Carmelo o Carmen derivan de la palabra hebrea Karmel o Al-Karem que se podría traducir como ‘jardín de Dios’.3​ La veneración de esta advocación mariana ha sido difundida en el mundo por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, llamados carmelitas.

Pues la verdad es que no lo sabía y tampoco es importante para mí, lo que para mi si es importante es que el 16 de julio de 1913 nació Carmen Aznar Ruiz, mi abuela, no me considero especial porque me importe el día que nació mi abuela, creo que como a casi todas las personas.

Aunque haya algunos elementos, no se merecen que les llame personas, que siempre nos dicen que tenemos que olvidar.

Pero para mi si es importante recordar su historia, Carmen nació en Borja un pueblo de Zaragoza a la falda del Moncayo, no sabía ni leer ni escribir lo que era común en esos tiempos, difícil era que los hombres accedieran a la educación y más que lo hicieran las mujeres, recordemos que había un 40% de analfabetismo en España, la II Republica Española quiso cambiarlo, pero primero la CEDA, ganadora de las segundas elecciones y después la sublevación militar lo truncaron.

A Carmen la hicieron viuda el 18 de septiembre de 1936 día en que su marido, Mariano, fué asesinado, a día de hoy todavía no se sabe donde están sus restos.

Carmen tuvo que sacar adelante a sus dos hijas Julia y Ana, de tres y un año, uno de sus trabajos fue de ayudante de cocinera en el caserón del Santuario de Misericordia, hoy famoso por el Ecce Homo, pero en esos tiempos era residencia de los que apoyaban a la sublevación militar, daba de comer a los asesinos de su marido.

Una vida de sufrimiento y silencio, pero ¿como se iba a atrever a hablar?, a su marido lo mataron por una saca instigada por el capellán del hospital de Borja, y ya sabemos el poder que siempre ha tenido la iglesia en este pais, y se tuvo que oír, «no te quejes que todavía ha dejado semilla», ¿y como se las gastaba el régimen?, pues difundiendo que las rojas no podían criar a sus hijos porque tenían un gen defectuoso, el «gen rojo» que conducía a la perversión moral, sexual e ideológica, palabras del médico Antonio Vallejo-Nájera, jefe de los servicios psiquiátricos militares, que quiso dar un viso seudocientífico para justificar el robo de bebes.

Tuvo suerte, que fuerte es decirlo, porque aunque la dejaron viuda no le robaron a sus niñas, y la pequeña, Ana, era rubia y con ojos claros un claro exponente de los rasgos que el régimen ensalzaba.

Por ello nunca habló, nunca contó su historia. Murió en noviembre de 2007 tenía 94 años.

Es de justicia contar sus historias, y aprovecho el mismo día en el que ella nació, para dar unas breves pinceladas sobre la suya, por ellas y por tantas y tantas viudas represaliadas y obligadas a callar y ocultar su dolor, no podían vestir de negro, no podían llorar.

He querido ilustrar esta entrada con la foto de mi abuela el día de su boda, tiempos felices.

Os invitamos a compartir sus historias para que salgan del olvido.

NO NOS CALLARAN

Mercedes Sánchez