100.000, NO SOLO ES UN NÚMERO

Mercedes SanchezPublicaciones y ArtículosLeave a Comment

.Artículo de opinión

Estaba yo reflexionando esta mañana, sobre el 70 aniversario de la República Popular China.

Como sabéis, para celebrarlo, han hecho un desfile tremendo y magnífico, desmesurado, para enseñar al mundo su potencia militar, pero también su capacidad organizativa; estaba yo, como decía, reflexionando y resulta que la cifra participativa era de escala también china, 100.000 personas aparte de cantidad de vehículos militares, aviones,etc.

Para que os hagáis idea ,el desfile militar del día del Pilar mueve unas 3.500 personas, que son un 3,5% de lo que estábamos viendo el esa gran avenida de Pekín y nos parece desmesurado…

La reflexión se hace más dura y complicada cuando piensas que, en España, esa inmensa cantidad de gente, y aún más, es la que permanece enterrada en cunetas desde el comienzo de la Guerra.

Más de 100.000  que inmenso esfuerzo de artesanía criminal para acabar tiro a tiro, uno a uno, con esa cantidad de gente; y es una reflexión que me ha puesto los pelos de punta, que que me ha hecho pensar como hemos estado conviviendo durante decenios con una legión de asesinos en serie que, además, se han ido jactando de sus fechorías; que han visto que iban a quedar impunes gracias a los pactos secretos con con los partidos «de Estado»que querían llegar al gobierno de la manera que fuera.

Y eso me ha puesto realmente triste y me ha hecho pensar que todavía hay mucho trabajo memorialista que hacer en este país.

Y ,»gracias» a ello, también tenemos que escuchar ahora a gente, que en otros países estarían condenados por negacionismo y por incitación al odio, barbaridades contra las víctimas del Franquismo, víctimas si, que si lo fueran del terrorismo ya los habrían encausado por injurias.

A los medios les encantan para sus titulares, pues suelen ser afirmaciones escandalosas y, por tanto, muy sonoras.

Esas más de 100.000 personas, ese completo desfile de muertos, 80 años después siguen en las fosas sin nombre. Es un hecho verdaderamente lamentable y, no solo por las víctimas, sino por toda esta sociedad que no ha sido capaz de tomar una postura clara ante esa situación.

¿Como nos vamos a preocupar de las guerras que pueda haber por el mundo? Estamos teniendo una manipulación informativa como la que durante 40 años tuvimos para tapar esos más de 100.000 muertos. Ahora sirve para tapar las vergüenza de los negocios de los amigos de la gente que está en el poder y de los que no se puede decir absolutamente nada.

Hay que vender armamento, hay que ser seguidistas en las políticas internacionales.

Como nos vamos a extrañar de que no tengamos ninguna clase de sensibilidad social hacia las personas que están ahora sufriendo conflictos bélicos; que tienen que dejar atrás sus vidas y sus casas; que no vienen aquí por su gusto, sino por supervivencia.

También ante quienes ven esquilmadas de riquezas sus tierras, por políticos corruptos que, en connivencia con las grandes multinacionales, roban el futuro a países completos, esas personas también quieren sobrevivir.

Somos una sociedad anestesiada, una sociedad de es incapaz de saber cuál es su pasado inmediato para intentar superarlo, en conjunto, es una sociedad que está condenada a comportarse insolidariamente y no importarle que gente, defensores de todos esos asesinos, vayan impunemente diciendo que volverán a defenderse como en el 36 como si no hubieran sido ellos los agresores; que se  dedican a defender asesinatos oficiales de niñas, que no tenían ninguna significación política ni criminal y que hasta el Papá en su momento intentó ante el régimen Nacional Católico que no se las ejecutará, como sabemos,s in ningún éxito.

Esa misma gente que dice que, si tanto le gustan los migrantes al Papa , que se los lleve al Vaticano.

Apóstoles del odio, hijos del signo de los tiempos, unos tiempos propicios para que vuelvan a vendernos la misma porquería deshumanizada y antisocial del pasado en «frascos nuevos» gracias al desentendimiento de la Democracia para con la necesidad de abordar nuestro pasado más inmediato.

La sociedad que no conoce su pasado está condenada a repetirlo, pues en esas estamos.

Enrique Gómez

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