UN 20-N ESPECIAL

Enrique Gómez ArnasArtículos de opinión, Noticias


El 20N de este año no es un 20N cualquiera.

Esta fecha, celebrada anualmente por muchos como un día memorable en que se brindó con champán en toda España, también es, por eso mismo, el aniversario de la muerte del sanguinario dictador al que algunos aún todavía veneran y rememoran con nostalgia.

Franco y sus conmilitones, para acabar con una república que odiaban, con la excusa de restaurar el orden, el primer día de su intervención ya habían matado a más personas que las que habían perdido su vida por violencia política en todo el periodo republicano. Pero matarían a 100.000 más durante la guerra, casi todos en la retaguardia, y cincuenta mil más durante su «paz».
Cientos de miles de represaliados en cientos de campos de concentración y cárceles, exiliados, torturados, encarcelados, mujeres violadas y humilladas, bebés robados… y un larguísimo e inacabable historial, mucho más dañino que ese «desorden» republicano con el que pretendían acabar.
Crearon, con la exclusiva intención de defender el “Nuevo Estado”, un aparato judicial y policial represor que despojó a los españoles de sus derechos más elementales, con total impunidad, hasta más allá de la muerte del dictador.
Cuarenta años juzgando, torturando y condenando a los defensores de la República.
Cuarenta años homenajeando y premiando a los golpistas y sus caídos.

¿Se equilibró, aunque solo fuera moralmente, esta situación injusta con la llegada de la democracia?. A decir de las víctimas del franquismo, evidentemente, no; en opinión de los victimarios, sí: con la ley de amnistía de 1977 (una auténtica ley de punto final) ¡esa sí que fue una amnistía, comparada con lo que aquella perdonó, esta del 2023 parece de juguete!.
La moción derogatoria presentada, con toda intención este 20N, vuelve a mostrar la verdadera faz de la derecha española, nada de reconciliación: chulería, recochineo y desprecio a unas víctimas que ellos no reconocen como tales. Seguimos siendo los antiespañoles, en su momento bien muertos por defender un sistema democrático; ahora, viendo sus acciones y su discurso, volverían los nostálgicos franquistas, a hacer lo mismo y eso es lo más preocupante.

Una ley para compensar mínimamente el sufrimiento de esos miles de españoles represaliados y silenciados era una obligación democrática. El Partido Popular de 2009 en Aragón, también lo entendió así, cuando votó con el resto de los grupos municipales de Zaragoza por la creación del memorial de las víctimas del franquismo en el cementerio de Torrero; el PP de 2023 es otra cosa, su dependencia de la extrema derecha le hace ahora proclamar públicamente lo que seguramente pensaban y mantenían callado.
Esperemos que esta «guerra cultural» en la que han entrado (seña de identidad de los neofranquistas) y este hermanamiento con quienes proclaman en la calle su odio, y a los que los «constitucionalistas» siguen instigando, no acabe por llevárselos por delante, porque con ellos acabarían solo políticamente, con el resto de la sociedad (como en el 36) lo harían de una forma mucho peor, nos eliminarían físicamente, no sería, pues, la primera vez.

Párense y piensen, señores del Gobierno de Aragón, quizás están perdiendo más votos que ganándolos con esta dependencia de los que están a su derecha y, aunque posiblemente les agradaría la eliminación de los que no piensan como ustedes, no alimenten al monstruo: es insaciable y se los acabará, muy posiblemente, comiéndoselos también a ustedes.
Al tiempo.
Enrique Gómez Arnas
Presidente ARMHA

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