En 2018 al acometer la ampliación del cementerio de San Blas, barrio pedáneo de Teruel, se localizó una fosa común de soldados muertos en la batalla de Teruel.
La Investigación indica que en la fosa hay sepultados más de 400 cadáveres, aunque solo se han exhumado 18, los que impedían la ampliación del cementerio, y que están a la espera de las pruebas de ADN para poder localizar a los familiares.
Tanto los restos humanos como los objetos recuperados se encuentran en la sala de autopsias del cementerio.
Los cuerpos, habían sido depositados en paralelo unos junto a otros entre diciembre de 1937 y marzo de 1938.
El estudio de los restos humanos determina que los sepultados eran soldados –probablemente, republicanos– con edades comprendidas entre 16 y 40 años.
Junto a los cuerpos humanos, aparecieron numerosos restos materiales, en su mayoría vestigios del calzado, de correajes y de indumentarias –botones y tejidos–, pero también un lápiz, un cuchillo, una navaja, cajitas, un tintero, colgantes, cartucheras con munición, peines, una moneda y varias cucharas.
Entre los objetos más singulares, figuran un anillo de plata con las iniciales GH y un botón con una insignia de las Brigadas Internacionales.
Fuente: Heraldo.es