«BASANTA»

Mercedes SanchezNoticias

Miguel Vicente Basanta López, era vecino del barrio zaragozano de San José. Albañil de profesión, se encontraba en paro a la edad de treinta y un años.

El 5 de febrero de 1977 había tenido lugar en la plaza de toros de Zaragoza el primer —y multitudinario— mitin del recién constituido PSA. El ambiente en la ciudad era muy tenso; se había producido incluso un aviso de bomba. Esa misma noche el policía Francisco Tovar Tovar, quien se encontraba de permiso, dando un paseo junto a su familia, sorprendió a Basanta realizando una pintada con una brocha y una lata de pintura roja en los muros de la antigua fundición Alumalsa. La pintada rezaba: «Trabajo sí, policía no» junto a una hoz y un martillo que quedaron a medias. Tovar encañonó a Basanta por la nuca con las manos en la cabeza, descerrajándole tres disparos, dos de ellos en la cabeza cuando intentó escapar.

Fue ingresado de urgencia a las 21.30 horas en la clínica San Juan de Dios, aludiendo que había sufrido un mareo y como consecuencia cayó desplomado, lo que le provocó una herida en la cabeza. A las 21.45 falleció en la misma clínica.

Tras su asesinato dio comienzo una campaña de desprestigio por parte de los medios de comunicación –propaganda–, que procuraron crear la imagen de un delincuente habitual, intentando vincularlo con ETA y los GRAPO para justificar de algún modo la actuación de Tovar en «legítima defensa».

Mes y medio después de su asesinato, el caso fue sobreseído por un juzgado miliar, quedando únicamente un atestado policial. Durante el proceso no se contó con la familia ni con ningún testimonio, ni siquiera el del doctor Ansón, el médico que le atendió y en seguida comprobó la falsedad de los hechos acreditados por Tovar. En 1989 el abogado y exalcalde de Zaragoza Pedro Santisteve Roche presentó una querella criminal por asesinato a fin de reabrir el caso, puesto que todavía no había prescrito, aportando y pidiendo nuevas pruebas para conseguir un juicio justo, pero tras la aparición de unas fotocopias sin firmar en las que supuestamente el Capitán General dictaba el sobreseimiento, el caso quedó archivado de nuevo. Todos los intentos posteriores de que se hiciese justicia a través de múltiples vías se vieron frustrados.

Memoria del asesinato de Vicente Basanta‘ por José Antonio Basanta Cuenca en Zaragoza Rebelde.

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