El Ayuntamiento de Huesca actúa unánime en cuanto a la oposición a acatar las leyes de Memoria Democrática, así fue en el anterior mandato y así continúa en el presente: todos los grupos políticos –incluido vergonzantemente el PSOE– se manifiestan insumisos al respecto y apelan hasta las últimas consecuencias judiciales para mantener en el callejero los nombres de alcaldes de la Dictadura, falangistas comprometidos con el régimen militar franquista, genocida y corrupto.
Los tribunales han sentenciado repetidamente que los regidores que lo fueron por su asimilación al período dictatorial que cercenó libertades y pisoteó los derechos humanos durante cuarenta años no merecen el crédito de la sociedad en tiempo de Libertad y Derecho, mucho menos reconocidos en las placas callejeras. Pero los munícipes actuales, contaminados de aprecio por sus totalitarios predecesores y abonados al franquismo sociológico retuercen los fallos judiciales para eludir el ejercicio de higiene democrática que supone la eliminación de las referencias públicas de enaltecimiento a los protagonistas de un tiempo de oprobio y vileza.
El supuesto proceso participativo para renombrar tres calles dedicadas a otros tantos alcaldes proscritos por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha estado presidido por la opacidad y la anomalía de unas normas restrictivas que no solo enfangan los resultados, sino que convierten el procedimiento en una esperpéntica ceremonia. No hay más que constatar sus consecuencias, las nuevas denominaciones vendrán a rememorar acciones que evoquen la personalidad política del sujeto tachado de la memoria democrática colectiva en los espacios comunes. Es decir, el Ayuntamiento promueve un fraude de ley de características profundamente autoritarias que busca mantener en buena medida el enaltecimiento de protagonistas de un tiempo de ignominia y fascismo.
Y mientras el proceso toma cuerpo en el contexto de una sociedad acrítica y ensimismada, los nombres de mujeres y hombres que lo perdieron todo, incluso la vida, luchando por la Libertad y la Justicia, vecinos de esta Huesca ingrata y amnésica, continúan en el olvido y la preterición. Ni un solo representante municipal pronuncia su nombre ni reivindica su herencia de dignidad y coraje ético. La Memoria Democrática mancillada de nuevo en la plaza del Ayuntamiento.
Apudepa, ARMHA , Colectivo Ciudadano de Huesca y ciudadanos a título particular.

