La plaza de la Concordia de Zaragoza, se llenó anoche para ver «El silencio de Otros».
No fué casualidad que la Asamble 15 M de delicias programara, dentro del ciclo cine de verano, la proyección de la película «El silencio de Otros», un 18 de julio.
Recordemos que esta película-documental, cuyos directores son Almudena Carracedo y Robert Bahar, fué rodada durante 5 años, y plasma la lucha que durante tantos años, llevamos las víctimas del franquismo para obtener justicia.
Recuperar la memoria de todos aquellos que fueron asesinados como consecuencia del golpe militar de hace 83 años, justicia para los familiares que estamos intentando recuperar los restos de los desaparecidos, justicia para aquellos que fueron torturados durante la dictadura.
Sangrante es que hayan pasado más de 80 años del término de esa cruel Guerra de España, más de 40 años de una falsa democracia y de la muerte del dictador.
Que el dictador siga recibiendo honores, recordemos toda la polémica que se suscita cada vez que se nombra el Valle de los Caídos. Un monumento esperpéntico construido por trabajo esclavo, donde muchos penados perdieron la vida, y cuya única culpa fué ser leales a la República, un gobierno legitimado por las urnas.
Que los familiares sigamos sin saber dónde están nuestros abuelos y bisabuelos. Los herederos de los asesinos nos exigen que olvidemos. ¿Como vamos a olvidar nuestra historia familiar? Ella es la que nos hace como somos, sin ella perderíamos nuestra esencia.
Que no haya justicia para aquellos que fueron torturados y asesinados durante la dictadura.
Recordemos que Franco no dejó de matar, acabó su vida ordenando asesinatos al amanecer tal como comenzó su alzamiento militar contra la República.
Recordemos que los torturadores siguen libres, que sus torturados se los encuentran por la calle, haciéndoles recordar todo el sufrimiento que les infligieron. Como muestra, Antonio González Pacheco, «Billy el Niño», que tiene varias medallas al mérito policial.
Pero no es el único, recordemos que el 30 de marzo de 1982. Gobernando la UCD, se le concedió la medalla de plata al mérito policial a toda la Brigada de Información.
Brigada que se encargaba de la represión y la tortura, y ya estábamos en ¿democracia?.
Brigada de Investigación Social (BSI), policía secreta durante la dictadura, se encargada de perseguir y reprimir a todos los movimientos de la oposición al franquismo.
Todos conocemos este edificio, lo vemos todos los fines de año. Pues ese edificio era sede de torturas y asesinatos durante la dictadura, era la sede de la Brigada de Investigación Social.
Los políticos que nos representan deberían hacer un ejercicio real de democracia.
Reconocer y condenar la dictadura.
De aquellos barros vienen estos lodos.
Parafraseando la letra del Canto a la Libertad, de José Antonio Labordeta.
Tendremos que ser como un viento
que arranque los matojos
y limpie los caminos
de siglos de destrozos contra la libertad.
Mercedes Sánchez
ARMHA
