Con la proclamación de la Segunda República, España obtuvo cambios sustanciales en educación trazados por el Ministerio de Instrucción Pública.
La Constitución de diciembre del año 1931 guió el plan pedagógico desde las ciudades hasta los pueblos. Aprender en igualdad; hacer las cosas por uno mismo; dirigir la vida con consecuencia; ser solidarios y respetuosos con la naturaleza, fueron algunas de las claves de la cultura laicista republicana.
La Guerra Civil no fue impedimento para continuar con la obra emprendida y se organizaron desde Colonias escolares a Institutos Obreros.
En la oratoria pedagógica, se solía decir: «No os mostréis indiferentes.
Si una revolución se impone por los niños y por la infancia libre y feliz, sentiros revolucionarios».
La Escuela iluminada incluye más de 50 imágenes, muchas de ellas inéditas, rescatadas de archivos estatales, que son prueba de que otra forma de educar fue y es posible.
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